Historia
LAMBORGHINI (1963)
Desde el primer momento en que Ferrucio Lamborghini (1916-1993) conocido constructor de tractores, decidió crear una factoría de Súper Deportivos, su mayor ambición era desbancar a Ferrari de ese trono inconquistable.
La leyenda cuenta que todo parte de su descontento con el Ferrari 250 GT que usaba como vehículo personal. Tras una infructuosa reparación de embrague, Ferrucio decidió acudir a la fábrica de Ferrari personalmente para ''cantar las cuarenta'' al mismísimo Enzo Ferrari, el cual le contestó que ''solo era un mero ciudadanito de a pie sin ningún conocimiento sobre deportivos ''pura sangre".
Tres años más tarde Lamborghini consigue su propósito con el Miura: un V12 de innovadora belleza y velocidad descomunal.
Todos sabemos que la ambición es un precioso cuchillo de doble filo, por ello, no contento con saciar su sueño, Ferrucio decide crear el mejor deportivo de todos los tiempos, un coche que cortara la respiración y para el cual no existieran calificativos: el Countach, que curiosamente en italiano piamontés significa más o menos: ''INCREIBLE''.
"Quiero un coche sin vicios… y así será.” (Ferrucio Lamborghini).
Sin más dilaciones el equipo técnico, a las órdenes de Paolo Stanzani (ex jefe mecánico de Maserati Competición), se puso manos a la obra con el objetivo de colmar las ambiciones del ''jefe''.
El diseño se encargo al estudio de Nuccio Bertone, que casualmente acababa de contratar a un joven diseñador con futuro llamado Marcello Gandini (creador de joyas como el Miura, el Uraco, el Countach, el Diablo, el Lancia Stratos, el Cizeta Moroder, etc).
De manos del mago Gandini salió el prototipo nombrado “LP 500”, que sería presentado (sin motor) en al salón de Ginebra de 1971, acaparando absolutamente toda la atención.
Se puede apreciar una leve influencia del prototipo de Bertone para Alfa Romeo, el Carabo, aunque por fortuna, el Countach, llega mucho más lejos y es sin duda mucho más atractivo.
Gandini gozaba de la confianza del ''jefe'' Lamborghini y además este le dio luz verde para utilizar su imaginación sin límites anteponiendo un diseño único y aerodinámico a otros muchos factores.
Dada la ''inexperiencia'' de Gandini, el Jefe de Pruebas Bob Wallace se permitió el lujo de añadir una toma de aire por aquí y otra por allá aunque manteniéndose siempre fiel al diseño original.
De nuevo el prototipo fue presentado en el Salón de Ginebra de 1973, abriendo las puertas de la cadena de montaje, mostrándose así el primer modelo construido en el Salón de Ginebra del año siguiente (1974): el Lamborghini Countach LP 400 (la nomenclatura cambia pues la cilindrada final es de 4 litros y no de 5).
En abril de ese mismo año, un afortunado anónimo habitante de Milán recibía las llaves de la primera unidad vendida (primera entrega de los 50 pedidos existentes desde 1973).
Otra forma de contar la historia
En 1960, Ferruccio Lamborghini era el tercer industrial italiano de maquinaria agrícola. Vitivinicultor y bodeguero, gran degustador del vino y de la vida, tenía entonces (según declaró después) nada menos que cuatro Ferrari. "sólo me creaban problemas - aseguró -; un día, ya harto de mandarlos al taller lo llamé a Enzo para decirle que sus coches eran pura basura. Y me contestó que un fabricante de tractores no podía entender sus coches".
Es probable que la historia de Ferruccio fuera un poco exagerada; es posible, también, que el viejo Ferrari hubiera tenido un mal momento, pero, según el mismo Lamborghini, esa respuesta fue el origen de su incorporación a la industria automovilística. Lo que es indudable, es que lo hizo, y lo hizo exactamente con el propósito de enfrentarse a Ferrari.
Compró un taller cerca de Módena y contrató a algunos destacados artesanos y técnicos que habían trabajado con Enzo Ferrari.
En 1963, después de experimentar con un prototipo, ya estaba listo para lanzar su primer "anti-Ferrari". Pensó entonces en el emblema de la nueva marca. "Adoro al toro, al Miura - lo explicó -; es el más noble de los animales y el más dícil de derrotar, un verdadero campeón". Así pues nació el logotipo con el toro Miura, la fiera de la fiesta brava que debía derrotar a Ferrari.
En 1964 Ferruccio construyó trece de sus nuevos 350 GT; en 1967, la producción ya había alcanzado las 141 unidades. De ese modelo se derivaron el 400 GT y el fabuloso Miura, que iba a ser el rival directo del Ferrari Daytona. Cuando el Miura apareció, en 1964, vino a incorporar toda la experiencia adquirida en las pistas de carreras por los técnicos "robados" a Ferrari.
Con un motor V12 de 440 HP, el modelo aseguraba una velocidad máxima de 299 kilómetros por hora. Salieron 779 unidades en diferentes versiones.
Pero no todo fue fácil. En 1972, Lamborghini tuvo que vender el 51 por ciento de sus acciones. Afectado por la crisis del petróleo, se rindió a principios de la década del 80. Quedó como una leyenda más en el fabuloso mundo del automóvil. Pero la marca, aunque en otras manos, permanece.